Una cabeza de perro, vivita pero sin colear
El vídeo que os presentamos a continuación no es nuevo. Ni siquiera es reciente, porque, se supone, fue realizado en 1940. Y está en Youtube, por lo menos, desde 2007. Pero tenéis que verlo (mejor, cuando ya hayáis digerido el desayuno). En teoría, unos científicos rusos lograron que una cabeza de perro reaccionara a estímulos como el sonido, abriera los ojos, se relamiera y hasta comiera. Todo ello, conectado a un “Autojector”, una máquina primitiva que hacía las veces de corazón y pulmón. ¿Será cierto? Dicen que hay científicos que llevan décadas discutiendo sobre ello, así que nosotros no podremos resolverlo en un momento, pero podemos opinar viendo el vídeo. Eso sí, aviso: pone los pelos de punta. En abril los rusos le pusieron un monumento a Laika, pero es un poco tarde para disculpas. A unos perros les cortaron la cabeza para experimentar y a otros los enviaron al espacio para que palmaran, eso sí, en un excelente mirador. El vídeo, después del salto.
— Rafa M. Claudín [io9]