Venezuela y Cuba: emprender más allá de los tópicos

Empresas

El panorama emprendedor de Venezuela es uno de los más avanzados de los países en desarrollo. En Cuba, el número de emprendedores se ha duplicado en 4 años.

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El proceso de reformas económicas lanzado hace cuatro años por el presidente cubano, Raúl Castro, ha hecho que el número de empresarios independientes –allí llamados cuentapropistas– haya aumentado considerablemente. Microempresas como carpinterías, zapaterías o joyerías han empezado a proliferar, principalmente en La Habana.

Inicialmente, los impuestos eran muy altos y conseguir una licencia de actividad difícil, Pero a principios de 2012 bajaron un poco los tributos, permitiendo emprender a más personas. Además, desde ese año los cubanos tienen la posibilidad de arrendar los locales al Estado para poder abrir su propio negocio. Aunque se paguen más impuestos por contratar trabajadores, también tienen derecho a fijar el precio de sus servicios. Si le va bien, un emprendedor cubano puede ganar en su negocio entre 10 y 20 veces más que trabajando en una empresa estatal.

Naturalmente, emprender tiene sus riesgos, y Cuba no es una excepción a esta norma. El más importante es la quiebra. La proporción de negocios fracasados según la muestra tomada por la agencia AP es de un 44% en menos de dos años, según Infobae. Los que la sufren tienen que enfrentarse a veces a multas impuestas por las autoridades, que les acusan de declarar menos ganancias de las reales.

El riesgo de quiebra es mayor si el negocio se orienta a los cubanos que a los turistas, lo que afecta negativamente a las nuevas empresas de base tecnológica. El salario medio de los cubanos es bajo, y esto “no favorece la expansión de la demanda que [el sector privado] necesita”, explica Pavel Vidal, ex economista del Banco Central de Cuba.

Para ayudar a los emprendedores cubanos, han surgido entidades como la Fundación Emprende Cuba, apoyada por la Iglesia Católica de la isla, que ofrece cursos de educación emprendedora y apoyo consultivo. Los nuevos empresarios están aprendiendo los entresijos de la gestión de una empresa privada, gracias al programa Emprende Cuba, que se desarrolla desde hace dos años. La Universidad de La Habana también dispone de cursos de capacitación para emprendedores, con el objetivo de reducir la tasa de fracasos.

Otra iniciativa es Emprendedores Cuba, una organización que articula y promociona el emprendimiento en Cuba desde sus iniciativas locales y/o cooperativas en todas sus manifestaciones.

En el ámbito tecnológico, diversos economistas cubanos, como Walter González, están impulsando la creación de un parque tecnológico y una incubadora de empresas tecnológicas en Cuba como un paso importante para lograr la inserción del país en sectores de alto valor agregado. Estas empresas podrían utilizar el elevado potencial científico-técnico acumulado en el país y permitirle avanzar hacia fases de mayor complejidad tecnológica.

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