A esta conclusión es a la que ha llegado el diseñador Hank Chien-Cheng Chen, que usando como base un móvil con una pantalla convencional de 3 pulgadas, al abrirlo nos permite acceder a un teclado físico y a una pantalla un poco mayor, pero además al deslizarla nos encontramos con unas para nada despreciables 5 pulgadas.
La tecnología para llevarlo a cabo ya está disponible, pero por ahora nadie se ha aventurado al fascinante mundo de los dispositivos con pantallas flexibles.
El futuro dirá si poco a poco los smartphones van evolucionando a versiones de los autobots y decepticons o si al final terminan imponiéndose proyecciones holográficas a lo Star Wars, tan sólo espero que algún día se hagan realidad y no se queden en conceptos que luego sólo veamos usar a superhéroes o Marty McFly en las películas.— Dani Burón [Tuvie]
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