Los cuatro arquetipos de Edge Computing según Vertiv

Innovación

Serían: aplicaciones con uso intensivo de datos, sensibles a la latencia humana, sensibles a la latencia máquina-máquina y cruciales para la vida.

“La oportunidad que surge en torno al Edge Computing es relevante pero lo es también su complejidad”. Así lo advierte Giordano Albertazzi, presidente para EMEA de Vertiv, compañía que ha decidido analizar casos de uso en este terreno.

Fruto de este análisis es el informe Definición de los cuatro arquetipos de Edge y sus requisitos tecnológicos, que apunta a cuatro grandes arquetipos.

Se trata de las aplicaciones con uso intensivo de datos, de las aplicaciones sensibles a la latencia humana, de las aplicaciones sensibles a la latencia máquina-máquina y de las aplicaciones cruciales para la vida.

Como su propio nombre indica, las primeras tienen que ver con casos en los que la cantidad de información es tal que no se puede acometer la transferencia por la red directamente a la nube. O de la nube al punto de uso. Aquí entran las ciudades inteligentes, por ejemplo, o la distribución de contenido de alta definición. También la realidad virtual, entre otros.

Las aplicaciones sensibles a la latencia humana girarían en torno a la velocidad y se vinculan a la optimización de servicios para el consumo. En este sentido, que haya retrasos en la entrega sería negativo para la experiencia de los usuarios de tecnología. Vertiv incluye desde la venta minorista inteligente a la realidad aumentada, la optimización web y el procesamiento de lenguajes naturales.

En el tercer arquetipo también entra en juego la velocidad. Pero “dado que las máquinas pueden procesar la información mucho más rápido que los humanos, las consecuencias de una distribución lenta son mucho más altas que en el modelo de latencia humana”, advierte Vertiv, que apunta al comercio bursátil y otras áreas como seguridad, red eléctrica o análisis en tiempo real.

En cuanto a las aplicaciones cruciales para la vida, existe impacto en la salud y la propia seguridad de las personas. No es un tema solamente de velocidad, sino de fiabilidad, con casos de uso como los coches autónomos o los drones.

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