Solo necesitas un estanque con generador artificial de olas (vamos, lo normal que tiene todo hijo de vecino en la psicina de casa), unos cuantos suferos hábiles… y 52 cámaras Canon Rebel T2is de nada.
Las montas en un armazón semicircular en torno al lugar del estanque donde van a generarse las crestas de las olas y es solo cuestión de hincharse a hacer fotos y montarlas para dejar boquiabiertos al personal. Claro, que si el resultado te parece asombroso no lo es menos el “tinglao” que tuvieron que liar para que ahora todos podemos darle un codazo al compañero de la mesa de al lado en el trabajo y decirle “¿has visto eso?”.
¿Qué será lo próximo? ¿Eso mismo pero en 3D? Vaya, ya estoy yo dando ideas sin cobrarlas. ─Antonio Rentero [Canon Filmmakers]
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