Jaschan, creador del virus Sasser, es acusado de sabotaje informático, manipulación de datos e interrupción de sistemas públicos. La fiscalía ha asumido 143 denuncias por los daños materiales provocados por el virus, pero aún se desconoce a cuánto asciende la cantidad económica de las pérdidas sufridas por compañías y particulares debido a Sasser ya que las grandes empresas como bancos y aerolíneas no ofrecen cifras debido a la publicidad negativa que podrían producir detalles sobre la vulnerabilidad de sus sistemas de seguridad.
El Sasser se ha convertido en uno de los seis virus peores de la historia de la informática tras haber infectado a cientos de miles de ordenadores interrumpiendo sistemas bancarios, aerolíneas e incluso la labor de la guardia costera británica.
Jaschan fue arrestado en mayo de 2004 después de que Microsoft recibiera un soplo de un informante que buscaba ganar una recompensa ofrecida por la compañía de software a cambio de datos sobre al autor del virus. Jaschan confesó la creación y la difusión del gusano Sasser así como de algunas variantes del virus Netsky, otro virus creado para “limpiar” ordenadores infectados.
El joven alemán, explica la emisora, se defendió alegando que deseaba eliminar otros virus peligrosos como el Bagle y el MyDoom, así como ayudar al negocio familiar dedicado al soporte técnico para ordenadores. Según Detlev Dyballa, portavoz de la fiscalía de Verden, el objetivo “era mejorar el negocio de su madre y su padrastro”.
El virus fue creado en el sótano de Jaschan de un pequeño pueblo alemán de 920 habitantes, Waffesen. No es necesario utilizar correo electrónico o abrir un archivo para ser infectado, basta con tener el ordenador conectado a Internet y con un sistema Windows vulnerable. El virus creado por el adolescente aprovecha un hueco en sistemas operativos de Microsoft Windows 2000, Server 2003 y XP. Una vez infectado el sistema, los ordenadores se reinician sin aviso, mientras buscan otras máquinas para infiltrarse e infectarlas.
Las demandas por daños de las víctimas vienen de compañías como Delta Airlines, el banco de Australia Westpac Bank, Godman Sachs o la guardia costera británica. A pesar de ello, los fiscales alemanes han elegido como demandantes a tres gobiernos de ciudades alemanas y una emisora cuyos sistemas fueron interrumpidos por el virus Sasser.
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