Hay que decirlo, la verdad es que tanta parafernalia queda espectacular, con voces de un presentador de un programa infantil atiborrado de extasis, efectos de sonido a porrillo, fichas que se mueven por carriles, botones en plan ataque nuclear y hasta imposición de manos…
Eso sí, el juego parece que se ha simplificado en ciertos aspectos ya que ahora sólo hay una dimensión a la hora de disparar, aunque la inclusión de aviones espía, misiles, ataques especiales y eventos aleatorios resulta muy curiosa.
Destruir tus anquilosados recuerdos con un juego que no tiene ningún respeto por sus mayores sólo te costará 50 dólares este otoño, aunque mientras te deje usar un botoncico para disparar que más dan los recuerdos de piezas de plástico con agujeros para poner cilindros rojos.— Dani Burón [Kotaku]
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