En las próximas semanas entrará en quirófano para que le implanten una cámara que enviará fotos cada 60 segundos al museo árabe de arte moderno en Qatar durante un año. El nombre de la “exposición” es The 3rd I (el tercer yo/ojo).
Parece ser que la cámara estará continuamente funcionando, así que cuando de clase, para proteger la privacidad de sus alumnos tapará la cámara, pero estoy seguro de que algún día la usará para poder esquivar las cosas que le lancen.
No me preguntéis por qué demonios se implanta una cámara cuando simplemente podría sujetarla con una cinta… Lo mismo tiene fobia a las cintas del pelo o un alarmante interés de que le abran la cabeza. Al menos lo único que está claro es que nadie podrá volver a atacarle por sorpresa.— Dani Burón [WSJ]
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