Malos usos
El denominado malware no es más que el producto del uso con intenciones
fraudulentas de mecanismos perfectamente legítimos.
Muchas veces hemos atacado desde estas páginas actitudes
malintencionadas que tienen su campo de acción en Internet. Estamos
hablando de los dialers, el spam, la ingeniería social para la
elaboración de gusanos,… Sin embargo, debemos romper una lanza por las
compañías que, utilizando con corrección la publicidad, los dialers o el
marketing, se ven igualadas a otros que sólo quieren abusar de la
confianza del usuario para obtener el provecho propio.
Al igual
que tantos elementos de la vida cotidiana el uso, y no su potencialidad,
es lo que marca la diferencia. Nadie dirá que los cuchillos son malos.
Pueden servir para cortar la comida pero también para amenazar a
alguien. Tampoco oiremos que un coche es un objeto delictivo porque se
usa para huir del lugar del crimen.
Quizá debamos comenzar a
utilizar un vocabulario distinto para no igualar a unos y otros. Quizá
debamos dejar de demonizar la herramienta con la que se produce el
delito. Quizá, en lugar de utilizar términos como hacker, spyware, spam
o dialer, que miden a buenos y malos usuarios por el mismo rasero,
debamos comenzar a hablar de timadores a través de dialers, ladrones con
spyware, vandalismo por medios informáticos o simplemente estafadores
disfrazados con tecnología. A los buenos usuarios les debemos el llamar
a cada cosa por su nombre.