Apple Final Cut Studio 2 primeras impresiones: ¡LA LECHE!

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Por si sólo, lo del codec ProRes422 sería suficiente para justificar una actualización gorda, de las de pago. Básicamente, es casi mágico y lo que permite es trabajar en Full HDTV con calidad que aparentemente parece sin compresión — aunque esté comprimido — como si fuera metraje a resolución estándar. La idea de trabajar en alta definición de calidad perfecta en un portátil sin necesitar un RAID 0 SATA me hace temblar las canillas (y seguro que a muchas de las grandes marcas, también). Esto es algo que antes era totalmente impensable y tiene el potencial de cambiar de nuevo las reglas del juego de la edición de vídeo.

Luego está lo de Motion 3, que es un competidor de Adobe After Effects: un compositor de vídeo y generador de efectos especiales que, según mi experiencia, es bastante más fácil de usar e intuitivo. De hecho, hasta me lo paso bien utilizándolo porque todos los efectos son en tiempo real y utilizarlo es como jugar. Esta versión añade la tercera dimensión, con lo que las cámaras se pueden colocar en el espacio y todos los efectos, incluyendo las partículas, se pueden extender en 3D.

Soundtrack Pro 2 es un editor de sonido que no está diseñado para sustituir a ProTools o Logic, sino para componer la banda sonora final de un vídeo a partir de pistas de audio ya creadas, añadir efectos y componer música con la ayuda de loops de audio o MIDI. Esta versión también añade algo de 3D, pudiendo visualizar el sonido en 3D y añadiendo la capacidad de borrar ruidos sin afectar al sonido.

Compressor — la herramienta para comprimir vídeo a diversos formatos como H.264 AVC — también ha sido mejorado, con un interfaz mucho más sencillo (gracias sean dadas al Hacedor) y optimizado para los nuevos Mac Pro con ocho núcleos, con una aceleración del 280%.

Luego está el DVD Studio Pro 4, que añade algo interesante: la capacidad de actualizar proyectos DVD a HD DVD con sólo reemplazar los contenidos originales a sus versiones de alta definición y generar los nuevos discos para este tipo de reproductores. Ausente está el soporte Blu-ray, que me huelo llegará en una actualización posterior, una vez estas unidades estén presentes en los Mac Pro (Apple apoya a Sony en la alianza Blu-ray).

A todas estas nuevas versiones de componentes Apple ha añadido Color, un programa de corrección de color que al parecer ha dejado con la boca abierta a los profesionales de la televisión y cine que estuvieron en la presentación del NAB. Color es una nueva versión de Final Touch, una aplicación que Apple adquirió al comprar Silicon Color y que en su día costaba “a partir de 20.000 euros” para la versión de cine y 3.600 euros para la de alta definición. El renovado interfaz tiene una pinta estupenda, y el cacharro sigue pudiendo hacer corrección de color extremadamente compleja en tiempo real.

Y para rematar, el precio. No sólo la versión completa cuesta 1.249 euros (de risa), sino que las actualizaciones están a 479 euros para la versión anterior de Final Cut Studio y 679 euros para cualquier versión de Final Cut Pro. Ya se sabía que los de Apple habían tomado el mercado de la producción de vídeo profesional y prosumer como un relámpago, pero francamente, visto lo que ofrecen en esta nueva versión de esta suite cuasi-perfecta, se han pasado. Tener este tipo de herramientas, con esta potencia de fuego, un interfaz tan avanzado y un precio así era impensable ni siquiera hace dos semanas. Los de Cupertino me siguen dejando de piedra, para no variar.

En definitiva, no puedo esperar a meterle mano. — Jesús Díaz

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