Auna acelera los contactos para vender el cable a Ono

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El plan de Galdón es fusionar Ono y Auna Telecomunicaciones para consolidarse como segundo operador de telefonía en España.

Los accionistas de Auna, Banco Santander, Endesa, Unión Fenosa y un grupo de cajas, están acelerando los contactos para cerrar la venta a Ono de la división de telefonía fija y cable de Auna, según explican fuentes financieras conocedoras de la operación.

Ono todavía no ha presentado una oferta por escrito, pero las conversaciones entre los accionistas de Auna y el presidente de la compañía de cable, Eugenio Galdón, están muy avanzadas. La transacción, que cuenta con el visto bueno del presidente del Banco Santander, Emilio Botín, supondría que Ono pagaría cerca de 2.600 millones por Auna Telecomunicaciones, la filial de telefonía fija y de cable.

Tras esta operación, el grupo Auna dejaría de existir como tal y sus actuales accionistas sólo retendrían Amena, la división de móviles y principal fuente de ingresos y beneficios del holding. De hecho, el plan de Galdón es fusionar Ono y Auna Telecomunicaciones para consolidarse como segundo operador de telefonía en España y competir con Telefónica gracias a su red de cable y sus posibilidades para ofrecer banda ancha.

Otras fuentes del sector de las telecomunicaciones aseguran que, además, la venta de la filial de fijo y cable a Ono dejaría al Santander en una posición ideal de cara a futuros movimientos corporativos, ya que el banco de Emilio Botín no sólo es socio de referencia de Auna, sino que también tiene un 17 por ciento en Ono. Por tanto, si la operación culminase, el Santander se quedaría con un 32 por ciento de Amena y sería también un socio de referencia de la nueva empresa de cable fusionada, de modo que estaría en una posición de privilegio ante futuras operaciones corporativas con grandes operadores de telecomunicaciones europeos, que, una vez saneada su deuda tras la crisis, se vuelven a plantear su desembarco en el mercado español.

En este sentido, la principal contrariedad estribaría en la postura del Gobierno español, que, según las fuentes del sector de las telecomunicaciones consultadas, prefiere que al menos Amena siga controlada por accionistas españoles para evitar un panorama en el que dos de los tres operadores de telefonía fija estuviesen en manos de capital foráneo.