Cuando los servicios de mensajería colapsan

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Las recientes caídas de BlackBerry y WhatsApp son sólo las últimas de una larga lista en la que también aparecen aplicaciones como Windows Live, Gmail o Skype

Google y Microsoft también protagonizaron fallos  sonados

Los casos de BlackBerry o WhatsApp no son, ni mucho menos, únicos. Muy al contrario, el crecimiento de Gmail, el servicio de correo electrónico de Google, también ha venido acompañado de reiteradas incidencias. Una de las últimas tuvo lugar en febrero de este año, cuando los mensajes y contactos de cerca de 150.000 usuarios desaparecieron repentinamente de sus cuentas, como por arte de magia, según la compañía por un problema en sus servidores.

Anteriormente, Gmail había protagonizado ya algunos de los hitos de la historia negra de la mensajería electrónica, entre otras razones porque su importancia es destacada, al prestar servicio a cerca de 200 millones de usuarios en todo el mundo. Probablemente su peor año fue 2009, cuando el servicio se cayó sucesivamente en febrero, marzo, mayo y septiembre, nuevamente por un excesivo nivel de tráfico en sus servidores.

Aunque para incidencias surrealistas las protagonizadas por Microsoft, cuyos servicios de mensajería han cambiado de nombre durante los últimos, sin variar por ello su apellido, que sigue siendo el de Problemas. El pasado mes de septiembre, sin ir más lejos, Windows Live sufría un grave problema durante todo un fin de semana que dejaba sin Hotmail y Messenger a sus más de 360 millones de usuarios.

El asunto no hubiera tenido mayor importancia de no ser porque sólo unos días antes estos mismos servicios habían funcionado de forma intermitente durante horas como consecuencia de un apagón de luz en California, Arizona y Nuevo México, afectando a algunos de los servidores que la compañía tiene instalados en ese rincón de Estados Unidos.

Por si esto fuera poco, los adeptos a la herramienta de Bill Gates ya habían inaugurado el año con una suerte de Expediente X en sus correos: el 1 y el 2 de enero sus mensajes desaparecieron fulminantemente de sus bandejas de entrada, lo que derivó en una cascada de quejas de los afectados en las diversas redes sociales. Por fortuna, los mensajes terminaron regresando sin que fuera necesario pedírselos a los Reyes Magos.

Varios meses antes, en marzo de 2010, otro curioso fallo, denominado por la compañía “error 80048820”, hizo que los usuarios de Windows Live Messenger vieran durante más de cinco horas a sus amigos con el habitual muñequito rojo de “No conectado”, a pesar de que estuvieran al otro lado del ordenador. “Algunas cuentas con caracteres inválidos en el primer nombre de su perfil están experimentando errores cuando intentan iniciar sesión”, fue la única y disparatada explicación ofrecida entonces por Microsoft.

Y como todo lo que puede salir peor siempre termina empeorando, fue hacerse pública el pasado mes de mayo la compra de Skype por parte de la multinacional de Bill Gates (nada más y nada menos que por 8.500 millones de dólares) y multiplicarse los problemas en el servicio de videollamadas. Primero fue un error que cerraba automáticamente la aplicación y después una avería que dejó a miles de usuarios sin conexión, apenas dos semanas después.

En definitiva, una interminable lista de problemas de unos y otros que, curiosamente, han convertido a Twitter en el tablón de reclamaciones de sus malhumorados usuarios. El problema es que la red de microblogging también falla. Ya ocurrió en 2009, cuando su número de usuarios apenas rozaba los 50 millones, y volvió a suceder hace apenas siete meses, cuando registró múltiples caídas a lo largo de toda una semana. Parece, pues, que en todas partes cuecen habas.