Fallout: Brotherhood of Steel

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Buena mezcla de acción y ambiente post-apocalíptico con ligeros toques RPG para este juego de la PS2.

Hace ya unos cuantos años de la primera publicación de un título bajo el nombre de Fallout. El trasfondo de la historia es sencillo: durante la época de la guerra fría resulta que en realidad la cosa no se enfrió del todo, sino que en realidad las dos superpotencias comenzaron una guerra nuclear que acabó con buena parte de la población sobre el planeta. Los supervivientes lo pasaron realmente mal, y además de las penurias propias de la escasez de recursos y alimentos, tenían que lidiar con la aparición de animales y humanos mutantes con pocas ganas de hacer un Woodstock radioactivo.

Esta cuarta entrega de la saga llega a nuestra PS2 con una receta sencilla y efectiva: nos pone en el pellejo de uno de los (inicialmente) tres personajes que se nos dan a elegir al principio, y tendremos que ir buscándonos la vida para sobrevivir y de paso encontrar a los hermanos de la Hermandad de Acero, de la que se supone somos parte. Cada no de esos tres personajes tiene un perfil diferente: la mujer es más ágil, mientras que el hombre es más fuerte y el mutante más resistente a la estopa recibida.

El juego recuerda mucho a títulos como Baldurs Gate Dark Alliance, y básicamente se resumirá a ir avanzando para terminar misiones que se nos van encomendando mientras aplicamos todo nuestro empeño en patear traseros mutantes y de criaturas radioactivas de todo tipo. Este avance nos concederá dinero para mejorar nuestro armamento (tanto cuerpo a cuerpo como a distancia), además de puntos de experiencia con los que mejorar determinadas habilidades de nuestro protagonista.

Técnicamente el juego es simplemente correcto: los gráficos no son para tirar cohetes, y el sonido acompaña bastante bien a la acción. La música es agradable (incluso en algunas ocasiones graciosa) y varía bastante de estilo según la situación en la que nos encontremos. El mecanismo de juego es sencillo cual mecanismo de un chupete, y la curva de aprendizaje es muy baja.

Un par de puntos en contra del juego son, en primer lugar, su falta de traducción, que puede echar atrás a jugadores que no estén muy familiarizados con el Inglés, y por otro lado la poca originalidad del desarrollo del juego. A los aficionados a los RPGs más puros, este título puede también resultar un poco decepcionante ya que la acción sobrepasa en gran manera al factor rol que pudiera pensarse que contiene.

En resumen: Fallout Brotherhood of Steel no va a pasar a la eternidad como juego del año ni mucho menos. Es, sin embargo, un juego técnicamente correcto y con un muy buen nivel de jugabilidad y adicción, que mantendrá pegado al mando de la PS2 a los aficionados a este tipo de juegos de acción sin demasiadas complicaciones mentales.

Julio Canto