Grandes y pequeños con ritmo

Movilidad

El sector musical ha dejado de ser propiedad y disfrute de los más jóvenes para convertirse en una de las mayores prioridades del entramado corporativo.

La relevancia de Internet como fuente de ocio y entretenimiento no deja lugar a dudas. Las estrategias que diariamente seleccionan las empresas vinculadas a este medio electrónico sorprenden al más avezado, no ya sólo por una dinámica de vértigo sino por el alcance y competitividad resultantes de una actividad más que lucrativa desde cualquier perspectiva con la que se observe: la música digital.

Detractores aparte, lo cierto es que las compañías más selectivas del sector TI están volcando todas sus energías e iniciativas en un único objeto, el de facilitar al usuario todo tipo de programa de audio o música en el menor espacio de tiempo posible. Incluso con efectos especiales de sonido.

El desafío tanto para buceadores como para buscadores es inminente a la hora de fidelizar a millones de internautas aunque, no obstante, parece que en términos económicos el resultado va a convertirse en algo más que rentable a nivel global.

Los primeros indicios de esta “fiebre musical” se vivieron en los consabidos Estados Unidos para pasar a los grandes mercados europeos y, actualmente, dar la nota consolidada en el nicho japonés con la llegada de iTunes, el servicio archiconocido de Apple donde se están arremolinando los mayores proveedores del momento.

El hecho es que discotecas multimedia, descargas online de lo más variado y canciones para todos los gustos ya forman parte de una de las prioridades más absolutas del panorama corporativo que, lejos de interesar únicamente al sector juvenil, están dejando su impronta en cabezas más que despejadas para llevar a término un negocio con un peso y envergadura que todavía sólo podemos imaginar.

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