La Comisión Europea suspende las sanciones contra Microsoft

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El Ejecutivo comunitario espera que el presidente del Tribunal Europeo de Justicia tome una decisión acerca del último recurso presentado por el gigante de Redmond.

La Comisión Europea ha suspendido la aplicación de las medidas impuestas a Microsoft hace tres meses para restablecer la competencia en el mercado informático comunitario, después del último recurso presentado por la compañía estadounidense, a la espera de que la Justicia europea se pronuncie.

“La Comisión ha informado al Tribunal de Primera Instancia del Tribunal Europeo de Justicia de que, con el fin de conseguir una buena administración de la justicia, ha tomado la decisión de no aplicar las medidas impuestas el pasado 24 de marzo en tanto que la demanda de Microsoft esté siendo examinada”, señala el Ejecutivo comunitario en un comunicado.

El texto de Bruselas añade que a la Comisión no le parece apropiado aplicar las sanciones antes de que el presidente del tribunal, Bo Vesterdorf, tome una decisión acerca del recurso presentado el pasado viernes por el gigante de Redmond.

Microsoft presentó el pasado 8 de junio un primer recurso con el fin de anular su condena por abuso de posición dominante y la multa de 497 millones de euros que le fue impuesta, mientras que el pasado viernes presentó otro para impedir la aplicación de las medidas para restablecer la competencia en el mercado comunitario.

El 24 de marzo la Comisión condenó a Microsoft a desvincular su reproductor multimedia Media Player del sistema operativo Windows para ajustarse a la normativa europea de Competencia. Bruselas dio a Microsoft 90 días de plazo para que ofreciese a los fabricantes una versión de Windows sin Media Player.

Además, el Ejecutivo comunitario instó al gigante de la informática a que proporcionara a sus competidores, en el plazo de 120 días, las interfaces necesarias para que sus productos fueran compatibles con el “omnipresente” Windows.

Tras una amplia investigación de más de cinco años y tres pliegos de cargos, Bruselas concluyó que Microsoft había abusado de su poder de mercado restringiendo deliberadamente la interoperabilidad entre los ordenadores con Windows y los servidores de grupos de trabajo de sus competidores, y vinculando su Media Player (WMP), un producto en el que había competencia, al propio Windows.