La falta de talento, una de las principales barreras para la digitalización de las empresas

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La privacidad, el sesgo que introducen los algoritmos de IA y los posibles ataques a dispositivos IoT, nuevos riesgos digitales de la transformación digital.

Una de las prioridades de las empresas, hoy en día, es la transformación digital. Buscan los beneficios de la digitalización y de la implementación de las nuevas tecnologías, pero este proceso necesita de la gestión de un conjunto de riesgos y de la superación de algunas barreras por parte de las empresas.  

La encuestra Global Digital Risk Survey 2019 que realiza Deloitte señala tres limitaciones que están frenando la adopción de nuevas tecnologías por parte de las empresas: la dificultad para articular la tecnología en el desarrollo del negocio, tal y como indica un 20% de los encuestados, la falta de madurez de la propia tecnología a implantar, un 13%, y la falta de talento, un 12%.  

El estudio de Deloitte, que aborda los riesgos emergentes derivados de la transformación digital de las compañías y cómo estas utilizan la tecnología para su gestión, también destaca que, para un 56% de las compañías, esta falta de talento es la causante del retraso en llevar las nuevas ideas al mercado. Se trata de un factor que se sitúa únicamente por detrás del carácter cultural de la compañía, indicada por un 65% de las organizaciones, y de los procesos y la tecnología que viene heredada, por un 58%. Asimismo, para aquellas compañías que consiguen llevar sus ideas al mercado en un plazo inferior a seis meses, la falta de talento es la principal causa de retraso, señalada por un 64% de los encuestados.    

Para Manel Carpio, socio de Risk Advisory de Deloitte, “uno de los retos a los que se enfrentan las organizaciones para una rápida adopción de la transformación digital es la falta de equipos humanos cualificados. A ello se suma que, cada vez más, son necesarios perfiles de profesionales que aúnen el conocimiento de las nuevas tecnologías con el entendimiento de cómo hacer evolucionar el negocio. Esto supone un desafío para todo el sector”. 

La integración de la tecnología en el ámbito del negocio ha incrementado los riesgos a todos los niveles. En este sentido, el estudio señala que las tres principales áreas de riesgo de las compañías son: ciberseguridad, en un 21%; privacidad de datos, en un 17%; y cumplimiento regulatorio, en un 12%. 

La transformación digital de las empresas ha generado nuevos riesgos digitales, que se suman a los ya tradicionales. Manel Carpio añade que los más destacados son: “la privacidad, que se ve directamente impactada por muchas de las nuevas tecnologías, en especial por Big Data, Inteligencia Artificial e Internet of Things; el sesgo que introducen los algoritmos de Inteligencia Artificial, y los riesgos de ciberseguridad en dispositivos IoT, que crecen exponencialmente y cuya conexión se multiplicará con la llegada del 5G”. 

Únicamente el 13% de las organizaciones ha determinado su apetito de riesgo en el contexto de la transformación digital, lo que pone de manifiesto que existe un amplio camino por recorrer en este ámbito.  

Asimismo, el riesgo derivado de la transformación digital no está bien definido en muchas organizaciones, debido a la falta de una figura responsable de la gestión de los riesgos digitales. En este sentido, en el 33% de las empresas el riesgo digital depende del Chief Information Oficer (CIO); en el 41%, esta gestión la llevan a cabo varios profesionales con distintos roles; y en un 26% de empresas no hay un responsable definido. 

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