Las 8 mentiras más habituales de los ligones online

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Preciosa mía, claro que me encanta que esta noche veamos un maratón de “Anatomía de Grey”.

Amor mío, sabes que me encanta que vengan tus amigos a berrearle a la tele ataviados con bufandas de vuestro equipo de fútbol e ingiriendo cerveza como si la respiráseis.

Pequeñas mentirijillas que constituyen la argamasa de una sólida relación de pareja. No puede ser de otra manera, si no se desmoronaría un edificio que se cimentó sobre… la falsedad. Sitios como Match.com, OKCupid, Manhunt, Grindr, Craigslist, JDate, eHarmony, eDarling… en todos ellos todos mienten como bellacos para conseguir conquistar a una potencial pareja. Y no es eso lo más triste (o lo más humano), sino que al final caemos todos en las mismas 8 mentiras que te desglosamos a continuación.

La que quizá tiene más mérito es la relacionada con las fotos. ¿Alguna vez has desvirtualizado a alguien que previamente sólo conocías a través de Internet y le has dicho “eres exactamente como la foto de tu perfil”? Pues eso.

Y tiene su mérito toda esa ingeniería fotográfica. Caras tan quemadas por la luz que sólo se ven dos punticos en los ojos, un pellizco en la nariz y una mueca en la boca que podrían pertenecer a media humanidad, incluidos varios aborígenes australianos, dos tribus de inuits y una señora que habita la cordillera andina.

No obstante algunas fotos nos dan pistas de la realidad. De la triste y cruda realidad. Las que se cortan por la parte superior un par de dedos por encima de la frente de él oculta una calvicie que, si le sacaras brillo, podría servir para hacer señales luminosas a un portaaviones. Las que muestran una vestimenta pasada de moda se corresponden con alguien unos años mayor de lo que te vende. La chica que se autofotografía desde arriba para que se le vea bien el vertiginoso escote oculta varios kilos de más.

Al final todos tratamos de vender de la mejor forma posible nuestra mercancía, con lo que nada como repasar la totalidad de las fotos del perfil del usuario, seleccionar la fotografía en la que aparezca menos favorecido/a, aplicarle dos grados menos de corrección de fealdad a la baja y puede que el desencanto sea menor. O que decidas bloquearle.

De la vista pasemos a otro sentido, el oído. Más mentiras. No es cierto que le guste el jazz o la música clásica. Ponle en un aprieto, empápate de Decca, Blue Note y Deutsche Gramophone y no pares hasta que le pilles en un renuncio. Pero empóllate tú también la lección no sea que te pille a ti. La gran ventaja de este truco es que de paso puedes adquirir un barniz de cultura musical que nunca viene mal.

El tacto será un sentido que también puede depararte desagradables sorpresas con respecto al peso. Junto con la altura es algo bien objetivable: pesas tantos kilos y mides tantos centímetros, ahí no hay vuelta de hoja. Pues sí, inquieto e incauto lector, ya lo creo que la hay.

Además de que algunos sitios no especifican una cantidad de kilos (y ahí también se puede mentir, obviamente), está el socorrido método de la “somera descripción física”. Fornido, robusto, de huesos grandes, me tienen que sacar de casa con una grúa… gordo, amigo, estás gordo, y no hay porqué avergonzarse. Mientras tú seas feliz y tu salud no esté en peligro más vale un gordo honesto que uno mentiroso. Pero ojo con la honestidad. Si manifiestas gozar de una constitución atlética el Sumo no cuela como deporte con el que justificar tus mollas… salvo que realmente lo practiques, claro. Tampoco es muy honesto publicar fotos de tu época estudiantil como dinámico exterior derecha si han pasado 15 años y hoy no cabrías en el foso del banquillo.

Con lo de la altura, si eres chica, desconfía del chico que siempre aparece a solas en las fotos… es posible que si algún día llegara a pedirte en matrimonio seas tú la que tendría que arrodillarse para que no le entregue el anillo de compromiso a tus muslos. Por si acaso en la primera cita lleva zapatos de suela plana. No le humillarás con tu altura y siempre será más fácil salir corriendo.

Pasemos a la cultura y esas cosas que no dan de comer. Museos… claro que le gustan los museos… no va a querer quemarlos. Pregúntale qué museos hay en su ciudad y que te cuente que es lo que te llevaría a ver. Pregúntale subrepticiamente cuántos centros comerciales hay en su ciudad, seguro que los conoce mejor. Réstale 5 cms a la altura que él pone en su perfil. Ojo también para ellos cuando la chica que te atrae aparece en las fotos como si estuviera agachada. Si tienes complejo de baja estatura, peligro en Los Cármenes. Para ellas… no desesperéis, algunos se crecen con estas cosas y se pirran por ir con una chica de altura.

Eso de “busco amistad” es también más falso que un euro de cartón. Es una vil estrategia agresiva pasiva para poder esgrimir una negativa estilo “¡oh, no! te estás equivocando, yo sólo buscaba amistad pura y sincera” justo antes de que finalmente se vayan a la cama contigo. Ahora reflexiona… ¿realmente quieres iniciar una relación con alguien que necesita mentir para atraer la atención sobre si?

Acerca de las preferencias sexuales: cuando te dicen “soy bisexual“… ¿lo adivinas? ¡Exacto! Es mentira. Gay como la copa de un pino.

Dejamos para el final lo que quizá sea menos importante… el tamaño del pene.

¿Recuerdas lo que dijimos de que había que restar unos 5 centímetros a la estatura que aparece en el perfil del usuario? Pues aquí puedes restar esos mismos 5 centímetros que puede que hasta te quedes corto. Este es un terreno abonado para la creatividad a la hora de utilizar la cinta métrica.

“Te juro por mis muertos más frescos que me mide 24 centímetros“.

Sí, pero no cuenta empezar a medir en el ombligo, pasar por la parte superior de tu manguerita de la alegría, pasar de largo el Ojo de Sauron, atravesar entre los Gemelos del Sur y terminar la medición en las proximidades del Abismo de Helm. ─[Vice]

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