Nemo 33, la piscina para submarinistas con un pozo de 33 metros de profundidad

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Para descender a profundidades importantes ya no hace falta marcharse al mar abierto a experimentar la presión de una columna de agua sobre nosotros. Si vives cerca de Bruselas puedes acercarte a esta impresionante piscina bautizada con el nombre de Nemo33. Por un lado es un homenaje al celebre capitán fruto de la imaginación de Julio Verne y por otro lado una mención de la característica más peculiar de esta piscina, única en el mundo: presenta en su interior un pozo vertical de 33 metros de profundidad. Ideal para aprender y practicar submarinismo en la seguridad de una piscina. Te mostramos a continuación un par de vídeos de tan peculiar lugar.

A diferencia de otras piscinas donde puedes obtener el título de iniciación a la práctica del submarinismo, en Nemo33 podrás ahorrarte compartir zambullida con fluidos corporales y miasmillas humanas dado que no es una piscina abierta al público en sentido tradicional. Nada de niños jugando, adolescentes presumiendo de sus piruetas ni venerables ancianos refrescándose plácidamente.

Nemo33 está orientado a practicantes del submarinismo a los que se les ofrece un inmejorable lugar para desarrollar las habilidades de esta modalidad acuática en un tanque con más de 2.500.000 litros de agua que se mantiene limpia mediante un sistema de depuración libre de cloro. Además también se ha empleado esta instalación para rodaje de películas gracias ente otras características a la presencia de dos túneles a 5 y 10 metros de profundidad, dotados de unas ventanas por las que desde miradores “secos” pueden asomarse los visitantes o los propios submarinistas previamente a la inmersión para reconocimiento del terreno.

Pero la atracción estrella, ese pozo de 33 metros de profundidad es el único lugar de la tierra (es decir, fuera del mar) donde poder descender a esa distancia, lo que le ha convertido en destino privilegiado para fuerzas de seguridad y militares hasta completar más de 200.000 inmersiones entre las que sólo cabe reseñar un único accidente en los 7 años que lleva Nemo33 en funcionamiento, el de un militar de las Fuerzas Especiales Belgas que sufrió una embolia pulmonar por no observar adecuadamente los tiempos de ascenso para descomprimir.

Apuntemoslo en la agenda de actividades para submarinistas en el próximo viaje a Bruselas. ─[Nemo 33]