La NSA habría introducido malware espía en gadgets adquiridos online

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La Agencia de Seguridad podría haber interceptado equipos de almacenamiento de Seagate y Samsung, equipos de redes de Cisco y Huawei y portátiles de Dell.

Las actividades de espionaje internacional de la NSA (National Security Agency) siguen saliendo a la luz después de destaparse el caso PRISM. Las últimas informaciones al respecto, publicadas por el diario alemán Der Spiegel, parecen más sacadas del argumento de una película de Hollywood que del mundo real. Aunque en asuntos de ciberespionaje y nuevas tecnologías, se ha demostrado ya en unas cuantas ocasiones que la realidad supera ampliamente a la ficción.

Según el rotativo germano, la NSA habría colaborado con la CIA y el FBI para introducir software espía en algunos productos de informática y electrónica que los consumidores adquirirían online. Estas actividades se habrían realizado de manera rutinaria y en secreto gracias a unos “talleres secretos” en los cuales la unidad TAO de la agencia, su división élite de hacking, cargarían malware en los equipos o instalarían un hardware malicioso que daría a las agencias de inteligencia de EE.UU acceso remoto a los mismos.

Entre los productos que interceptaría la NSA con frecuencia se incluye hardware y software de algunos fabricantes más reconocidos de tecnología, como Cisco, Juniper Networks, Dell, Seagate, Western Digital, Maxtor, Samsung y Huawei.

El informe también pone de manifiesto que la NSA podría aprovechar los informes de error del sistema operativo Windows interceptándolos y aprovechando sus vulnerabilidades para atacarlo con troyanos y otro tipo de malware.

El diario alemán se ha puesto en contacto con las empresas del listado pero estas afirman no tener ningún conocimiento del programa.

Por otro lado, Der Spiegel revela que la NSA habría estado interceptando las comunicaciones entre Europa, África del Norte y Asia. Un informe confidencial al que habría tenido acceso el periódico, pone de relevancia que el TAO obtuvo información sobre la gestión de red del sistema de cableado submarino Sea-Me-We-4, que une estos continentes y cuenta con 20.000 kilómetros de largo. Este sistema se desarrolló por un consorcio de 16 compañías de telecomunicaciones y se instaló a finales de 2005.

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