Paz para los hombres de buena voluntad, mamporros para los bots de bajo presupuesto

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La Navidad es un tiempo de amor, de fraternidad, en el que los seres humanos dejan de lado sus rencillas y peleas. Con lo cual es la época justa para que otros que no celebran estas pascuas (no, no hablo de musulmanes ni budistas) se den de leches: nuestros fieles amigos (hasta que Skynet nos separe), los robots. En esta competición se echan de menos los bañadores horteras, las interpretaciones de segunda y el lanzamiento de sillas, pero pensad bien el dinero que la industria de la lucha libre se ahorrará en esteroides y aceite corporal. Que nadie pierda de vista los movimientos del luchador con cabeza de albóndiga y los del osobot cortés. El vídeo, tras el salto.

—Alberto Payo [BotJunkie]

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