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La Ley de Conocimiento en Argentina, beneficios y aplicación

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Innovación y tecnología son dos pilares que diferencian a Argentina del resto de los países de América Latina. Por ejemplo, para 2030 la industria del software en el país podría generar 500.000 puestos de trabajo, cifra altísima en comparación a otros rubros.

De acuerdo a la nueva Ley de Conocimiento, las empresas que sean beneficiarias de ésta, contarán con una reducción en el impuesto a las ganancias y a las cargas patronales, siendo también eximidas de retenciones.

Empresas de Desarrollo de Software, Biotecnología, Electrónica y Comunicaciones, Industria aeroespacial, Nanotecnología, Inteligencia Artificial y Robótica, y producción audiovisual serán las beneficiarias de esta ley, que utilizan la tecnología como su principal materia prima, y requieren personal altamente capacitado. También podrán ser beneficiarias aquellas empresas que exporten servicios profesionales.

De esta manera, y desde el punto de vista de empleo, impacta a todos los sectores económicos. La Ley de Economía del Conocimiento trae consigo beneficios como el adelanto del mínimo no imponible que la reforma tributaria tiene previsto para el 2022, y un bono de crédito fiscal transferible, que se puede utilizar tanto para cancelar IVA, o Ganancias.

De acuerdo al informe de Cessi (Cámara de la Industria Argentina del Software), las ventas de esta industria, crecen a pesar de la crisis, en 2018 aumentaron un 43,2% con respecto a 2017, en tanto, en la misma fecha, se incrementaron los puestos de trabajo a 5337 más que el año anterior.

En 2018, los ingresos desde el exterior, por exportación de servicios informáticos, fueron de 1.701 millones, según en INDEC, lo que consolida al sector de software como uno de los más exitosos a la hora de exportar conocimiento.

Claudio Cirocco, Managing Director de TMF Group en Argentina, considera que “es necesario, en primera medida, estabilizar la situación actual y destaca que este tipo de ley es lo que necesita Argentina para pensar en un proyecto a largo plazo, con beneficios tangibles para que las empresas puedan desarrollar actividades de alto valor agregado”.