¿Qué ha sido de Eric Schmidt, ex CEO de Google?

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El antiguo mandamás de la compañía de Mountain View no ha ‘colgado las botas’ y está muy vinculado al desarrollo de la inteligencia artificial.

Durante mucho tiempo Eric Schmidt fue la principal cara visible de Google a nivel internacional y la figura que aportó un tono más adulto e institucional a la compañía tecnológica que el que le habían otorgado Larry Page y Sergey Brinn.

No en vano fue CEO de Google entre 2001 y 2011, presidente ejecutivo de la compañía otros cuatro años más y también presidente ejecutivo de su empresa paraguas, Alphabet, entre 2015 y 2017, quedándose como consejero técnico de esta hasta 2020.

Pero, ¿a qué se ha dedicado Schmidt estos últimos años? ¿En qué está metido ahora mismo el que también llegó a ser miembro de la junta de Departamento de Defensa de EE.UU e incluso formó parte del consejo de Apple durante tres años?

Actualmente el directivo, que acumula un patrimonio de 24.500 millones de dólares (de acuerdo al Bloomberg Billionaires Index), compagina sus actividades de inversión y filantropía a través de Schmidt Futures con sus intervenciones hablando de tecnología.

En los últimos meses se ha convertido en voz influyente de la política de IA en Washington. Y es que el ex mandamás de Google está impulsando un proyecto que se sirve de la inteligencia artificial en pro de la investigación científica. Su apoyo económico ya está garantizado para, al menos, el primer lustro de esta iniciativa.

Schmidt está financiando una organización sin ánimo de lucro llamada Future House que planea desarrollar herramientas de IA capaces de analizar y resumir artículos de investigación, así como responder a preguntas científicas usando grandes modelos de lenguaje (LLM).

Hasta aquí suena muy parecido a una de las capacidades que alberga ChatGPT. Sin embargo, esta iniciativa pretende ir más allá. La idea es que algún día pueda examinar miles de artículos científicos y componer hipótesis de forma independiente a mayor velocidad y escala que los humanos, según ha señalado su CEO Sam Rodrigues y recoge Bloomberg.

Future House defiende que el proceso científico en sí puede ser transformando si se permite a la inteligencia artificial que genere una hipótesis, realice experimentos y llegue a conclusiones, a pesar de que herramientas de IA generativas hasta la fecha han sido propensas a mostrar errores,  sesgos e invenciones (las llamadas ‘alucinaciones’).

Schmidt considera que la investigación científica en sus primeras etapas “no avanza lo suficientemente rápido hoy en día” y aquí es donde puede entrar en juego la IA para acelerar las cosas.

Ciencia con más ritmo

El ex ingeniero ayudó a dar forma a Future House, basándose en el Centro de Investigación de Palo Alto de Xerox, donde surgieron innovaciones como Ethernet o la impresión láser.

“Era un lugar donde conseguías a estas personas entre 20 y 30 años, les dabas independencia y todos los recursos que necesitaban, y ellos inventaban cosas a un ritmo que no se encontraba en ningún otro lugar”, explica Schmidt. “Lo que realmente quiero es crear nuevos entornos como lo que solía ser PARC, donde jóvenes investigadores destacados puedan desarrollar sus mejores ideas”.

El ex responsable de Alphabet asegura que “la clave de Future House es que estamos reuniendo este talento en biología y este talento en inteligencia artificial de una manera que no se consigue en otros lugares”. Aunque está empezando con este campo, se irán abriendo a otros en el mundo científico. 

Schmidt es bastante idealista y cree que Future House podrá priorizar la investigación en lugar de competir para ganar dinero gracias al apoyo económico que se ha comprometido a darles en sus primeros cinco años.

“Me parece que conseguir los incentivos correctos es especialmente importante en este momento, cuando hay una expectativa muy alta de que el progreso en IA conducirá a productos en el corto plazo, lo que está llevando a muchos de los grandes centros de investigación de IA a centrarse mucho en la comercialización en lugar de en la investigación”, concluye.