Reduce kilobytes en tus fotografías

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Descubre pequeños trucos para conseguir que tus fotos ocupen menos espacio, mantengan la calidad original y puedas enviarlas por email o subirlas a una página web más rápidamente.

Uno de los aspectos que más valoramos cuando navegamos por internet es la velocidad, cuanto más rápido se cargue una página web, mejor. De hecho, cuando intentamos entrar una página que tiene que cargar numerosos archivos gráficos sin éxito, lo normal es que después de 20 segundos nos vayamos a otra sin dudarlo.

Lo mismo sucede con los mensajes electrónicos. A nadie le gusta pasarse varios minutos mientras se descargan los gigantescos ficheros adjuntos con fotos, ya que en la mayoría de los casos no queremos guardar esos archivos, sino simplemente echarlos un vistazo. Por este motivo es interesante conocer las distintas maneras que existen para adelgazar las fotografías.

Para hacer las modificaciones que te explicamos a continuación tendrás que utilizar cualquier programa de edición fotográfico. Lo más común es que cuando pulses Guardar como, a la hora de almacenar la imagen con menos KB, puedas seleccionar las opciones que te recomendamos.

Lo más normal es almacenar las fotos en JPEG. Se trata del mejor formato de compresión de la imagen con pérdida que optimiza la imagen respetando bastante la calidad de la misma. JPEG utiliza el modelo de color RGB, que es capaz de contener hasta un máximo de 256 colores, creando combinaciones entre los tres colores básicos: rojo, verde y azul. En ocasiones las fotos están en formato CMYK, que aunque contiene una mayor combinación de colores, añade información extra que probablemente seamos capaces de apreciar.

Otra ventaja de JPEG es que la mayoría de programas de edición fotográfica permiten comprimir la imagen a este formato estableciendo manualmente el porcentaje de calidad que deseamos mantener para la foto. Lo mejor es que fijemos un margen entre 75 y 85%, ya que si no la foto, aunque se reducirá significativamente de tamaño, perderá demasiada calidad.

El formato GIF limita las imágenes a una paleta 256 colores, por lo que si se trata de fotografías con mucho detalle, al guardarlas en este formato perderán demasiada calidad. Sin embargo, hay muchas imágenes, con colores planos y lisos, que son perfectas para reducirlas de tamaño guardándolas en formato GIF.

Una de las propiedades de este formato es la posibilidad de unir varias imágenes para crear una imagen animada. Los GIF animados se han extendido mucho en internet en los banners publicitarios, donde es fundamental que ocupen poco peso y se carguen rápido.

PN G es una buena alternativa al GIF, sobre todo para guardar las capturas de pantalla con mucha calidad, y es óptimo para imágenes con pocos colores (como los gráficos, logotipos o dibujos). Aunque este formato no permite hacer animaciones, comprime las imágenes mejor y con más calidad que GIF. Además, la mayoría de usuarios desconoce que GIF es un formato patentado, por lo que habría que pagar por utilizarlo, y sin embargo PNG es un estándar internacional recomendado por W3C.

Además del formato, el tamaño de la imagen es el otro aspecto que hace que una fotografía pese más de lo deseado. Si queremos pasarlas a papel o hacer posters con nuestras imágenes será recomendable que tengan gran tamaño para respetar al máximo el nivel de detalle.

Las cámaras de fotos almacenan generalmente las imágenes a 2304×1728 píxeles, un tamaño muy superior al necesario si sólo queremos mandarlas por correo, adjuntarlas a un documento o subirlas a la web.

Nuestra recomendación es que las fotos tengan un tamaño de entre 1024×768 o 800×600 píxeles para documentos, entre 640×480 y 448×336 píxeles para fotos para Web, y entre 314×235 y 160×120 píxeles si queremos enviarlas por correo electrónico.

Cuando reduzcas o escales una foto, asegúrate de hacerlo de forma proporcional, es decir, el mismo porcentaje de reducción en anchura como en altura, para que no deformar la imagen. Lo normal es que fijemos el tamaño de uno de los dos parámetros y el otro lo reduzca el programa automáticamente.

La resolución es un parámetro de la imagen que está relacionado con el tamaño y con la calidad. Lo normal es que un monitor normal sólo sea capaz de representar 72 píxeles por pulgada, por lo que si supera esa cifra, la foto estará utilizando más píxeles de los necesarios sin aportar más calidad.

Si la imagen sólo se va a ver en un monitor de ordenador, reduce su resolución hasta 72 píxeles pulgada y comprobarás que, aunque la imagen pese sustancialmente menos, la calidad será la misma.

Cuando quieras adelagazar las fotos, ten en cuenta estas recomendaciones y verás como consigues que tus imágenes tengan la misma calidad y pesen mucho menos.