5 retos que atraviesan las empresas para convertirse en más éticas

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La ética debe formar parte de la cultura empresarial, además de por principios, para no incurrir en costes adicionales relativos a daños en la reputación o sanciones económicas.

La ética debe formar parte del ADN de las organizaciones y no verse como un aspecto social tangencial que se debe cumplir. Además, más allá del componente moral, las empresas que no se adhieran a determinaos códigos éticos pueden toparse con costes extra para sus negocios por sanciones económicas, daños de reputación, etc.

Una cultura empresarial ética cuenta con numerosos beneficios para las compañías, aunque también con una serie de desafíos que conviene resolver para hacerla real. El proveedor de tecnología regulatoria EQS Group detectado los principales retos a los que se enfrentan las empresas para ser éticas y transparentes:

1. Crear una cultura de denuncia

Es fundamental que las organizaciones transmitan claramente a sus empleados que informar sobre una irregularidad no tendrá repercusiones negativas, sino que supondrá un beneficio tanto para la compañía como para el empleado. Para ello, se ha de crear una cultura basada en valores éticos y buenas prácticas que permita a los empleados sentirse respetados y escuchados a la hora de informar y demostrarles que no han de temer represalias.

De este modo, las empresas se beneficiarán de un modelo cultural honesto que les evitará incurrir en sanciones económicas que conlleven pérdidas financieras y daños de reputación. Así, la comunicación de irregularidades aumentará, como también lo hará su atractivo frente a clientes corporativos, socios, inversores e incluso potenciales empleados.

2. Correcta identificación de los riesgos

Todo programa de cumplimiento corporativo ha de contar con la correcta identificación de los riesgos desde su fase inicial y contemplar la adopción de medidas eficaces para su prevención, tales como disponer de un canal de denuncia tradicional o digital, con una figura corporativa centrada en el cumplimiento, o con una formación a los empleados en buenas prácticas, entre otras. Así, las compañías podrán identificar desde el primer momento la probabilidad de que surjan riesgos y examinar su impacto en la organización, reduciendo al mínimo la incidencia de imprevistos.

3. Adecuarse a los cambios en el marco legislativo de cada país

Las organizaciones deben estar al corriente de las nuevas leyes que puedan surgir y aplicarlas correctamente. Dependiendo de qué tipo de empresa sea, estar al tanto de estas novedades legislativas constantemente puede suponer un proceso tedioso. Es por ello que muchas compañías valoran contar con el apoyo de proveedores de soluciones digitales actualizadas en todo momento para cumplir con los requisitos de compliance marcados por las leyes y protegerse de cualquier sanción.

4. Garantizar el anonimato del alertador

El Informe 2021 del Cumplimiento Normativo de EQS Group demuestra que el 60% de los informantes optan por una denuncia inicial anónima. Así, ofrecer a los empleados la posibilidad de informar anónimamente reduce el umbral de su inhibición y aumenta su confianza.

Tanto es así que también se ha demostrado que muchos alertadores anónimos revelan su identidad en el transcurso de este proceso, siempre que se sientan seguros y se les tome en serio. Además, la posibilidad de alertar de forma anónima no conlleva un aumento de las denuncias falsas, sino que es una herramienta eficaz para revelar conductas indebidas y proteger la reputación de la empresa.

5. Garantizar un canal efectivo

Además de cumplir con los estándares de anonimato y confidencialidad es esencial la existencia de una comunicación transparente en una empresa, que permita a las partes interesadas alertar de las irregularidades en un proceso cómodo. Hasta ahora, las compañías contaban con canales tradicionales como el correo electrónico o las líneas telefónicas, pero gracias a los avances tecnológicos, las organizaciones pueden implementar otros canales.

Los directivos de las empresas han de ser conscientes de los beneficios que aporta una cultura ética y legal en la compañía. No solo el empleado se verá más escuchado, valorado y seguro de compartir sus inquietudes, lo que redundará en un aumento de su productividad, si no que también la propia empresa cumplirá con la normativa y evitará multas y sanciones que entorpezcan su negocio. Además, su reputación de cara al público será mejor, lo que atraerá a inversores y socios comerciales con los que seguir creciendo” afirma Murray Grainger, Country Manager de EQS Group España y Portugal.

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