Robots cada vez más humanos

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El objetivo de los investigadores es construir robots que sean capaces no sólo de realizar las tareas para las que han sido programadas, sino otros que sean cada vez más complicadas y que sepan interactuar con los humanos, ¿cuánto queda para eso?.

A pesar de los avances en la inteligencia artificial, los sensores y los dispositivos mecánicos, los investigadores están lejos que lograr máquinas que puedan moverse por el mundo como los humanos, aprender nuevas tareas con poco o ningún entrenamiento y reaccionar con sensibilidad al humor cambiante de sus maestros mortales.

En su lugar, la mayoría de los robots siguen siendo máquinas dependientes de los humanos que pueden ejecutar una única tarea. Pocos son los que pueden ser considerados sensibles a la gente, y aquellos que lo hacen en alguna medida tienden a ser considerados como juguetes, como la mascota robot Aibo, que sirve sólo como entretenimiento.

Los investigadores de robótica afirman que conseguir robots más adaptables y autónomos requerirá algo más que mejoras en las capacidades mecánicas, sensoriales e informáticas. Igualmente importante, señalan, es mejorar la manera en que la gente interactúan con ellos. Después de todo, dicen, la forma en que los robots aprenderán y serán verdaderamente útiles debe pasar por la aceptación de la gente.

Ahora que los robots están entrando en nuestro mundo, es el momento en que miremos más allá de la ingeniería y nos preguntemos cómo la gente reaccionará ante ellos, afirma Arvin Agah, investigador de robótica de la Universidad de Kansas.

No todos los investigadores creen que un robot pueda servir para todos los propósitos, al menos a corto plazo. No dudo de que veremos máquinas que realizarán tareas específicas como lavar un coche, señala George Beckey, otro investigador de robótica, pero no espero que el mismo robot sea capaz de limpiar una casa, hacer café y sacar a pasear al perro.

A pesar de todo, investigadores de todo el mundo están estudiando la interactuación entre las personas y los robots. Si la gente tiene que enseñar a las máquinas, ¿cuál será la mejor manera?, es la pregunta del millón. Si las máquinas tienen que servir a la gente lavar los platos y enviar faxes, ¿qué clase de conducta será la adecuada para que interactúen con los humano?.

Shuji Hashimoto, ingeniero robótico de la universidad japonesa Waseda University prevé un mundo en el que los humanos y los robots humanoides interactuarán de forma equilibrada, compartiendo las tareas domésticas y de oficina. Desde el momento en que los robots personales tendrán que actuar en entornos diseñados para los humanos, tendrán que mejorar su funcionalidad con una forma más parecida al cuerpo humano, afirma el doctor Hashimoto. Además tendrán necesidad de comunicarse con los usuarios utilizando un lenguaje natural, gestos y expresiones faciales.

La cuestión para otros no es tanto que los robots se asemejen a los humanos, sino cómo deberían relacionarse como estudiantes hacia sus profesores humanos. Las máquinas son programadas para realizar tareas específicas y seguir entrenamientos básicos siguiendo cada acción en una demostración de sus habilidades. Es entonces cuando pueden repetir la tarea generando el conjunto correspondiente de acciones.

Pero en ese entrenamiento, el robot se mueve más allá de la simple imitación. Una vez que el robot ha aprendido una tarea, es capaz de ejecutarla incluso bajo circunstancias diferentes. De esta forma el entrenamiento de un robot podría requerir la clase de paciencia que los adultos reservan a los niños. Pero mientras que los niños pueden provocar emociones placenteras haciendo que la interacción con ellos sea gratificante, los robots generalmente no las provocan.

Algunos investigadores sugieren que si los robots fueran más parecidos a los niños la gente quizá se encariñaría con ellos, lo que permitiría un entrenamiento más espontáneo. Intentando lograr este objetivo, Cynthia Breazeal y otros colegas del Artificial Intelligence Lab del MIT ha pasado horas incontables hablando a Kismet, un robot programado para reconocer las emociones vocales en una voz humana y responder a través de los movimientos mecánicos de sus ojos y de su boca.

Pero más allá de realizar algunas tareas sociales en desarrollar la capacidad de aprender tareas, los investigadores necesitan buscar caminos en los que los humanos aceptemos a los robots. Para ello se ha llevado a cabo una investigación en la que se han estudiado las respuestas psicológicas de la gente a un robot móvil. El estudio se ha llevado a cabo con 40 sujetos a los que se les preguntaba su grado de comodidad en diferentes situaciones alrededor de un robot cilíndrico que se movía sobre ruedas entre sus pies.

Los investigadores encontraron que la mayoría de los sujetos preferían que el robot se moviera a velocidad lenta; además, preferían estar a cierta distancia de él, lo que indica que los seres humanos no parece que estemos preparados para aceptar a los robots como iguales.

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