Se aproximan esas entrañables fiestas, esas fechas muy señaladas como reza el tópico, en que se multiplican las comidas y cenas familiares y de empresa. Grupos heterogéneos de primos, cuñados, sobrinos, tías abuelas que “el año que viene ya no estarán con vosotros” (y llevan 20 años diciéndolo) o habitantes de ese espacio de supervivencia que es el trabajo. Y siempre tenemos el mismo problema: no cabemos todos en la misma mesa y hay que andar acarreando de un lado para otro pesados tablones con una parafernalia digna de un paso de Semana Santa. Todo eso forma ya parte del pasado gracias a esta liviana pieza de mobiliario realizada en fibra de carbono
