Tecnología para producir nanoestructuras

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La “nanoimprenta” representa una alternativa a la hora de obtener estructuras de dimensiones microscópicas diseñadas para su empleo en el campo electrónico.

Una nueva tecnología para la producción de nanoestructuras, 60.000 veces más delgadas que el grosor de un pelo humano, ha sido presentada en un congreso en Viena.

El llamado procedimiento de “nanoimprenta” representa una alternativa “económica y segura” para obtener estructuras de dimensiones microscópicas que se usan, entre otras muchas aplicaciones, en la electrónica.

Con los procedimientos litográficos relativamente caros y lentos que se vienen aplicando hasta ahora se alcanzaba tan sólo una reducción del material de unos 50 nanómetros (la millonésima parte de un milímetro), mientras que mediante la exposición a luz ultravioleta de onda corta, a unos 20 nanómetros.

En el nuevo procedimiento, más eficiente, no se recurre a la exposición sino a la producción de estampillas a base de rayos de electrones.

Este método, además, es más apto para la industria por sus costes reducidos, explicó el organizador del congreso, Heinrich Kurz, jefe del Instituto de Tecnología de Semiconductores de la Universidad de Aquisgrán.

Una empresa austríaca especializada en el sector afirma que está a punto de producir la primera aplicación industrial de la tecnología de “nanoimprenta”: una planta de producción de discos duros para ordenador, mucho más pequeños de lo usual, y que disponen de una memoria diez veces mas potente.

Gracias a una superficie de nanoestructuras, el disco duro puede grabar los bits con divisiones más claras y, de este modo, aumenta así su capacidad.

Los expertos ven otras aplicaciones de esta tecnología en sistemas de análisis de estructuras moleculares, como los chips de genes, o en pantallas electrónicas más eficientes.

Según subrayó Kurz, esta tecnología microscópica se considera muy prometedora a nivel mundial, y su importancia cada vez mayor se refleja en los crecientes volúmenes de subvenciones que dedica la UE a su investigación, estimada en 1.000 millones de euros al año.