¿Teléfonos móviles en 1922? No, pero casi
Eva, la protagonista de la película, está en medio de la calle con una amiga y abre una pequeña cajita de madera.
Conectando un cable a una boca de incendios (para que haga de toma de tierra, curiosamente) y otro a un paraguas (la antena) consigue captar la frecuencia de una emisora donde otra mujer ejerce de locutora y recoge con su micrófono la música procedente de un gramófono. Los 40 principales de los tiempos de tus bisabuelos.
Aquí puedes ver la película muda de 1922 “El inalámbrico de Eva” al completo.
Las ondas de radio llevaban música y palabras a una pequeña cajita de madera que la reproducía casi mágicamente.
Poco después del rodaje de esta película el término quedó obsoleto puesto que un Comité de Nomenclatura en la Conferencia de Radio y Telefonía recomendó la adopción del término “radio” en lugar de “inalámbrico” o “sin hilos” para referirse a las emisiones que ya todos conocemos. Se consideraba que esas palabras debían dejar de emplearse porque sería como denominar “carruaje sin caballos” a un coche o automóvil.
Curiosamente “El inalámbrico de Eva” nos muestra el primer ejemplo de dispositivo de comunicación móvil estilo “almeja” o “castañuelas”, al disponer de una tapa que sólo al abrirse permite utilizarlo. ─[Smithsonian: Paleofuture]