Tengo una tienda en Internet ¿y ahora qué?

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Óscar Feito, director de desarrrollo de negocio de Shopall, habla de las dificultades que entraña poner en funcionamiento un negocio basado en el comercio electrónico.

Las políticas publicitarias para poner nuestra tienda online en el mapa pueden centrarse en dar a conocer el negocio en sí (por ejemplo ‘venta de productos informáticos a precios competitivos’), o bien en promocionar referencias específicas de nuestro catálogo de productos a determinados usuarios o subgrupos de usuarios (por ejemplo, ‘fundas protectoras para el iPhone a precios competitivos’). En el primer caso la segmentación del tipo de usuario al que nos dirigimos es menor, mientras que en el segundo caso somos más específicos en cuanto al producto que hemos decidido comunicar y por tanto debemos tener más pericia a la hora de escoger nuestro público objetivo.

Actualmente existen en el mercado cientos de plataformas publicitarias, cada una de ellas especializada en llegar a un determinado tipo de usuario de forma más o menos agresiva. La clave número 1, como se ha comentado anteriormente, es saber a quién queremos llegar y cuáles son las condiciones económicas que nos ofrece cada plataforma publicitaria para hacerlo. La clave número 2 es tener la capacidad de medir los resultados obtenidos, determinar si efectivamente estamos incidiendo sobre el público que queremos, y calcular si el coste publicitario que estamos pagando por captar un comprador se justifica con el margen neto que este comprador nos deja por pedido.

Una plataforma publicitaria que permita ajustar tu campaña para incidir sobre estas diferentes capas de potenciales compradores, que pueda dar a conocer tu tienda a un público más amplio pero también productos específicos de tu catálogo a un público de nicho mucho más segmentado, es un buen punto de partida. Igualmente, la transparencia que nos ofrezca y la flexibilidad para pausar la campaña si los resultados no están siendo los deseados, son dos factores esenciales para decantarnos por un proveedor publicitario para nuestra tienda virtual.

Por último, resaltar que la gestión de una tienda en Internet debería de estar en constante transformación y no abordarse como una sucesión de pasos lineales e independientes entre sí. No se trata, por tanto, de ‘tener la tienda en Internet’ primero y posteriormente ‘promocionar la tienda en Internet’, sino que los resultados y las lecciones aprendidas durante las sucesivas acciones publicitarias deberían retroalimentar el diseño y las funcionalidades de la propia tienda, estando así ésta en un proceso de continua evolución.

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