España sigue apostando por el ladrillo y EE.UU. por las start-ups

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El Gobierno de Mariano Rajoy planea ofrecer la residencia a los extranjeros que compren una vivienda, mientras que el Congreso estadounidense estudia dársela a quienes creen empresas y puestos de trabajo de base tecnológica.

El modelo Silicon Valley

El proyecto de ley Start-up Act 2.0 pretende dar continuidad a la fórmula Silicon Valley, para muchos, el mejor modelo de creación de riqueza de todos los tiempos. No en vano, este valle estadounidense de 4.000 kilómetros cuadrados aglutina el mayor porcentaje de trabajo de alta cualificación de todo el mundo, así como el mayor índice de productividad por trabajador, la mayor cantidad de empresas tecnológicas y buena parte de los empresarios más ricos del país.

Tal ha sido el éxito de Silicon Valley durante los últimos 40 años que tras su estela han aparecido multitud de secuelas, tanto dentro de EE.UU. (Nueva York, Seattle, Miami, Chicago, Austin, Washington, Utah o Illinois), como fuera (Chile, Reino Unido, Escocia, Japón, Suecia, Taiwán, India, Israel o Irlanda). Algunos de estos viveros tecnológicos emergentes han tenido que ofrecer suculentas exenciones fiscales y unas condiciones laborales especialmente precarias para poder competir con el epicentro tecnológico mundial.

Hace varios años que España también viene apostando por su particular Silicon Valley. En concreto, los presidentes de las principales firmas tecnológicas con sede en la Península han creado el Club Málaga Valley, que pretende situar a la capital de la costa del sol como gran centro de innovación a nivel europeo. En más de una ocasión, sus responsables han destacado que es imprescindible para el crecimiento futuro de España contar con un núcleo tecnológico capaz de liderar el futuro de la sociedad de la información.

Eso es exactamente lo que argumentan los defensores de la Start-up Act 2.0, que sostienen que EE.UU. debe ofrecer más incentivos para alentar nuevas inversiones en los negocios incipientes, además de facilitar la residencia en el país a quienes obtengan un doctorado en las áreas de ciencias, tecnologías, ingenierías o matemáticas. De este modo, explican, cuando terminen sus estudios podrán permanecer en EE.UU. y emprender, contribuyendo con su talento al crecimiento económico del gigante norteamericano.

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