Alejandro Gutiérrez, CEO de Ladorian: “Estamos consiguiendo activar la relación con el consumidor”

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La startup ha facturado 10 millones de euros en tres años y está siendo impulsada por Lanzadera, la aceleradora de empresas de Juan Roig.

Ladorian, startup especializada en desarrollar software de digitalización de espacios físicos, cerró a finales de 2020 una ronda de financiación de 5 millones de euros. El proyecto, que cuenta con la ayuda de la aceleradora Lanzadera, pone su foco implementar mensajes personalizados para los consumidores en espacios físicos con el objetivo de hacer la experiencia de compra más personalizada y crear cercanía con el cliente.

Pero, ¿de dónde nace Ladorian? Y, ¿qué hace exactamente?

“Ladorian surge de una trayectoria profesional muy ligada a activar el consumo en el punto de venta físico. Nosotros nacimos como una compañía en los años 2000 que se dedicó, durante 10 años, a trabajar mucho la promoción y el impacto de ésta en el punto de venta físico”, nos cuenta Alegandro Gutiérrez, CEO y cofundador de Ladorian. “Llegó un momento en el que a mí me parecía que nos estábamos perdiendo. Resulta que el sitio donde navegaba tenía más información de mí que cuando yo iba a comprar algo en una tienda. Entonces decidimos intentar reducir esa brecha”.

A día de hoy, la gran mayoría de la población sigue realizando sus compras en las tiendas físicas porque persigue una experiencia personalizada, una atención cercana, comprobar el producto y disfrutar de la compra en primera persona. “El consumidor cuando entra en ese espacio físico es un auténtico desconocido”, comentaba Alejandro Gutiérrez. “De alguna manera, empezamos a identificar que las tiendas tenían que ser más atractivas si querían enlazarse con el consumidor del siglo XXI, si querían ser capaces de generar una gran experiencia y, sobre todo, si querían mejorar su capacidad de informar”.

Poco a poco el cartel dejó de captar la atención del cliente, así que Ladorian comenzó a desarrollar cartelería inteligente para ofrecer información personalizada dentro de los distintos puntos de venta posibles. Así lo explica el CEO de la compañía: “Esto es lo que ha hecho Ladorian, ha creado un software capaz de hablar, primero, con cualquier elemento que comunica una información (pantalla, ordenador, etiqueta…) y ha activado la comunicación dentro del punto de venta a través de soportes digitales que estuvieran movidos por datos de los consumidores. Habiendo medido todo esto, la capacidad de performance de ese mensaje aumenta en un 30%. Ya sea para vender, para dar información o para mejorar la experiencia del cliente”.

Es decir, que si al entrar en una tienda suena una canción que nos gusta, esto no sucede simplemente porque sí. Sino que el ecosistema en el que nos encontramos ha sido capaz de identificar el perfil del cliente según la edad, el género y la hora a la que está entrando en el local. De tal manera que dicho comercio cambia el hilo musical, cambia la imagen de lo que está comunicando y se adapta a lo que el cliente puede estar buscando para que su experiencia de compra sea más exitosa.

“Lo que Ladorian está consiguiendo es que el ecosistema físico sea capaz de activar la relación con el consumidor en un entorno donde lo social es sostenible, potente y atractivo”, nos matizaba Gutiérrez. “Si eres capaz de, a través de la aplicación de datos, activar el consumo de algo, utilizando esos datos que tienes del entorno físico, estás garantizando longevidad y ofreciendo al consumidor algo que le interesa. De esta manera se crea un vinculo entre el consumidor y el comercio físico”.

“Es perfecto que exista el mundo online, pero no podemos olvidarnos del offline”.

El ser humano es social por naturaleza, nos gusta estar en la calle y aunque el mundo online es práctico y cómodo, aún seguimos prefiriendo tocar el producto antes de decidir si lo vamos a comprar o no. Hoy en día, el 85% de la performance del mundo de los negocios sigue siendo físico a nivel mundial. “El consumidor no cambia cuando realiza sus compras online u offline, entonces busca que le traten igual. Al final, Ladorian trata de acercarse al consumidor y mejorar, en todos los sentidos, su experiencia como cliente”.

Ladorian trata de poner el mundo físico a la altura de las expectativas que genera el mundo online.

Pero para lograr esa experiencia diseñada especialmente para el consumidor, hay que tener en cuenta ciertos parámetros que conforme los distintos perfiles de clientes a los que se le ofrecen diferentes servicios. Para entender bien el procedimiento de cómo se consigue desarrollar este procedimiento, Alejandro Gutiérrez nos explica que la compañía tiene acceso a fuentes de datos externas. “En función del tiempo meteorológico, la temperatura, el género del cliente, eventos sociales (como partidos de fútbol), se van activando, en tiempo real, tags que definen al consumidor y nos llevan a personalizar, de manera anónima, un perfil casi exacto de la persona”.

Con todos esos datos detrás, la tecnología de Ladorian puede medir la mejora real respecto a los entornos no conectados. El objetivo no es, únicamente, mejorar la caja y el entorno de facturación, sino mejorar la experiencia del cliente y la relación con las marcas y el ecosistema físico en general.

Respecto a todo esto, cabe destacar que la tecnología que desarrolla Ladorian se encuentra dentro de un ecosistema muy seguro desde el punto de vista de la distribución de contenido y muy integrado con el respeto al anonimato. “La tecnología no tiene que ser invasiva”, apuntilla Alejandro Gutiérrez.

“Yo espero que las ciudades del futuro aún tengan tiendas y, como consumidor, espero que estén movidas por ecosistemas de comunicación útiles y funcionales”.

Esta tecnología está presente en farmacias y supermercados, quienes fueron pioneros en sus comienzos. Dia, Covirán, Rodilla, Foster’s Hollywood… gimnasios, también, como GoFit, y edificios como la Torre BBVA, la Torre Realia y gasolineras BP.

Actualmente Ladorian desarrolla su proyecto en España, Francia e Italia, a nivel europeo. EE.UU, Colombia y México y próximamente llegarán a Alemania y Japón.

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