La Casa Blanca advierte de que la inteligencia artificial podría aumentar la desigualdad

Innovación

En un informe, apunta tres estrategias para mitigar el impacto de la IA en la vida de las personas: desarrollo tecnológico, educación y protección social.

Es un hecho innegable que los avances tecnológicos de la última década han transformado nuestras vidas. Para mejor en muchos casos, para peor en otros. Ante el panorama que se abre con el desarrollo de la inteligencia artificial, la Casa Blanca ha publicado un nuvo informe sobre el impacto de esta tecnología en la economía, en el que advierte de un posible aumento de la desigualdad.

El informe, que es continuación del publicado en octubre sobre cómo Estados Unidos debe abordar la inteligencia artificial y sus efectos, se centra en los efectos económicos potenciales de la inteligencia artificial. Aunque no posee ni mucho menos una perspectiva negativa, sí advierte de que con una gestión inadecuada, la automatización podría generar más desigualdad, en un país ya profundamente dividido.

Jason Furman, presidente del Consejo de Asesores Económicos, señaló al explicar el documento: “Observamos que en las últimas décadas hemos visto un aumento en la desigualdad. En parte, ese aumento ha sido debido a un hecho: la innovación tecnológica, más recientemente, ha ayudado a complementar a las personas con mayores habilidades. Así que tenemos algunas décadas de experiencia con tecnología que contribuye a la desigualdad”.

El informe apunta a que esta tendencia hacia la desigualdad continuará, y por tanto se requiere una actitud proactiva, como ha sucedido con otras tecnologías como los teléfonos móviles e Internet, según TechCrunch. Así, sugiere tres estrategias generales para hacer que la inevitable automatización de millones de puestos de trabajo sea lo menos lesiva posible para las personas que realizan hoy esas tareas.

La primera es invertir en inteligencia artificial. Se presenta la diversidad como un ingrediente esencial en la resolución de problemas y la planificación, y se pide incluir la ética en la ciencia de los datos y la educación en las ciencias de la computación para asegurarse de que los profesionales técnicos que toman decisiones son conscientes de las implicaciones de lo que están haciendo.

La segunda estrategia pasa por educar y capacitar para los trabajos del futuro. Si EEUU no mejora en educar a los niños y capacitar a los adultos con las habilidades necesarias en una economía cada vez más impulsada por la IA, el país corre el riesgo de dejar a millones de estadounidenses atrás y perder su posición como líder económico global, avisa el informe.

También recomienda reforzar la red de seguridad de las personas. Con una nueva tecnología que amenaza con producir un gran número de trabajadores desplazados, el informe apuesta por invertir en prestaciones de desempleo y asistencia sanitaria para asegurar que esas personas puedan mantener una calidad de vida básica hasta que encuentren una nueva oportunidad.

Por último, el informe advierte de que la naturaleza de los mercados de las tecnologías de la información es que sólo unos pocos pueden llegar a dominar los mercados. Si el aumento de la productividad del trabajo no se traduce en aumentos salariales, las grandes ganancias generadas por la IA acabarían por acumularse en manos de una élite.

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