Cómo hacer balance de 2016 en tu negocio

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Se acerca el 31 de diciembre y, antes de que empiece el nuevo año, toca valorar cómo fueron las cosas en el año que acaba.

Con diciembre ya enfilado y las fiestas navideñas en un horizonte cada vez más cercano, todos sabemos que pasará lo de siempre: casi sin darnos cuenta, nos encontraremos instalando el calendario del nuevo año de la oficina y comenzando un nuevo ciclo de 12 meses. Toca mirar hacia delante, fijar objetivos de mejora para el año que empieza y planes para alcanzarlos. Pero hacer esto es muy difícil si no nos paramos un poco a analizar y reflexionar sobre el año que acaba.

El balance de fin de año no debe centrarse únicamente en variables económicas –que sí, son también importantes–, sino que debe tener una perspectiva más global y profunda. Solo así se logrará una visión clara de qué funcionó, qué no, y por qué; y se podrá crear la planificación del nuevo año de forma más inteligente. Pero ¿cómo hacer ese balance de 2016? Estas son las variables básicas:

  1. Rendimiento económico. Efectivamente, no es lo único ni lo más importante, pero sí es básico: estudia cuánto dinero entró en tu negocio (y por dónde) y cuánto salió de él (y por dónde). Diferencia entre gasto e inversión, determina qué ingresos llegaron gracias a inversiones de otros años, los ingresos que podrían haber sido más (y por qué no lo fueron) y los gastos que podrían haber sido menos (y por qué no fue así.
  2. Rendimiento empleados. Examina el rendimiento de tus empleados de forma individual y en conjunto, e intenta no limitarte al trabajo realizado por cada uno. Intenta leer entre líneas y valorar también qué buenos o malos resultados impulsaron –aunque no fuesen los responsables directos–, si su actitud encaja en la cultura de la empresa, cómo han evolucionado a lo largo del año…
  3. Valoración acciones tomadas. ¿Qué nuevas acciones se iniciaron en 2016? Piensa en nuevos modos y estrategias de trabajo, en giros dados a la dirección de la empresa, en acciones de marketing y productos o servicios lanzados. ¿Cuáles de esas decisiones dieron mejores resultados? ¿Y peores? ¿Por qué?
  4. ¿Se cumplieron los objetivos? ¿por qué? Seguramente a finales de 2015, tras el balance de lo que había sido el año, estableciste una serie de objetivos que habría que alcanzar en 2016; ahora es el momento de analizar si se alcanzaron o no esos objetivos. En el caso de una respuesta negativa, toca valorar por qué no se llegó al lugar propuesto: ¿objetivos poco realistas? ¿algún tropezón específico durante el año? ¿un año en general malo?
  5. Determina fortalezas y puntos de mejoras. Es el momento ideal para elaborar, quizá no un DAFO completo, pero sí un informe en el que por lo menos se detallen los puntos fuertes de la compañía y cómo mantenerlos o incluso reforzarlos durante el año siguiente; y los puntos débiles y cómo eliminarlos.

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