Casi un icono de los dibujos animados y de las películas de acción. El típico botón rojo que sólo puede y debe apretarse en las situaciones más peliagudas y potencialmente peligrosas. Ahora, por fin, puedes tenerlo en casa y darle el fin que más te agrade: accionar la bajada automática de persianas cuando esperas visita de tu cuñado, la luz del dormitorio, la del dormitorio de la suegra, el corte de corriente de la tele para las apariciones por sorpresa de la “princesa del pueblo“…
