España es el cuarto mejor país para el trabajo remoto

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Así lo señala un estudio realizado por NordLayer, que ubica a Dinamarca, Holanda y Alemania en los tres primeros puestos.

España se encuentra dentro del top 5 de mejores países del mundo para teletrabajar. Así lo pone de manifiesto un nuevo estudio llevado a cabo por la firma de ciberseguridad NordLayer.

Esta compañía creo el año pasado el Índice global del trabajo remoto (GRWI), que revela los mejores y peores países para trabajar a distancia en función de cuatro criterios diferentes: ciberseguridad, seguridad económica, infraestructura digital y física, y seguridad social.

En el primer aspecto se miran cosas como la infraestructura, la capacidad de respuesta y las medidas legales. En cuanto a la seguridad económica se analizan el atractivo turístico, el dominio del inglés, el coste de la vida y la asistencia sanitaria.

En el área de infraestructura digita y física se comprueban la calidad y asequibilidad de Internet, la infraestructura electrónica, la administración electrónica y la infraestructura crítica. Por último en protección social se ven cómo están los derechos personales, la inclusión y la seguridad.

Mientras el pasado ejercicio NordLayer evaluó a 66 países en estos términos en la actual edición la muestra ha aumentado hasta los 108.

Spain is different

España ocupa el cuarto puesto en la lista general de GRWI (solo superado por Dinamarca, Holanda y Alemania) y es el único país cálido y soleado del sur de Europa que se cuela entre los cinco primeros este año.

Nuestro país ocupa una posición bastante alta en todas las categorías principales de ciberseguridad (11º), seguridad económica (9º), infraestructura digital y física (13º) y seguridad social (16º). Esto la convierte en un destino excelente y completo para el trabajo a distancia y las vacaciones.

Igualmente, destaca su legislación (2ª), donde solo nos supera Alemania. España también presume de una infraestructura de ciberseguridad muy bien desarrollada (4º), aunque su capacidad de respuesta se sitúa ligeramente por debajo, en el puesto 11º. Esto puede deberse a que gran parte del talento humano en ciberseguridad trabaja para las numerosas empresas digitales que se han establecido en España, lo que deja al sector público algo vulnerable a la falta de personal.

Algo en lo que sí flaqueamos (aunque menos que hace unos años) es el nivel general de inglés de nuestra población. Aquí nos hemos quedado en el puesto 34.

En el sur de Europa, España domina el ranking con su cuarto puesto. Portugal está dos posiciones por debajo y Francia está en el 15º lugar de la tabla. Mientras el territorio galo no alcanza a España en ninguna de las categorías, da una buena persecución a Portugal, que, por derecho propio, es capaz de superar a España en seguridad económica (8º frente a 9º) y social (7º frente a 16º).

España y Francia se sitúan muy cerca (11º y 12º respectivamente) en la clasificación de ciberseguridad, con diferencias mínimas en todos los criterios, mientras que Portugal se queda ligeramente rezagado en este departamento, ocupando el puesto 18º en la clasificación general de ciberseguridad, pero liderando a los tres en cuanto a capacidad de respuesta (4º).

En cuanto a la seguridad económica, España cede terreno a Portugal sólo ligeramente, siendo el principal factor diferenciador el dominio del inglés, donde España ocupa el puesto 34 y Portugal el 10. En cuanto a las infraestructuras digitales y físicas, Francia vuelve a la carrera, situándose justo por debajo de España (13º) en el puesto 14º. En cuanto a la seguridad social, Portugal es el país mejor situado (7º), dejando a España (16º) y Francia (38º) muy atrás.

Curiosamente, al observar la clasificación puede comprobarse que el top ten está copado por territorios europeos. A España le siguen Suecia, Portugal, Estonia, Lituania, Irlanda y Eslovaquia.

¿Y cuáles son los farolillos rojos? Al final de la tabla están, en orden ascendente, países africanos Angola, Zimbawe y Mozambique. También en la parte baja se sitúan Honduras y Guatemala.

“Aunque algunas de las grandes empresas tecnológicas han devuelto recientemente a sus empleados a la oficina o han introducido un modelo de trabajo híbrido, el trabajo a distancia ha llegado para quedarse. No se trata sólo de una tendencia, sino de un cambio fundamental en la forma de enfocar la productividad y el equilibrio entre la vida laboral y personal. Adoptar el trabajo a distancia permite a nuestros equipos aprovechar todo su potencial, independientemente de las fronteras geográficas”, señala Donatas Tamelis, director general de NordLayer.

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