Salvaguardia la intimidad de tus partes más privadas en los aeropuertos con el calzoncillo a prueba de scanners
Volar ya era un deporte de riesgo cuando los hermanos Wright juntaron un montón de madera en Kitty Hawk allá por 1903, pero conforme avanza el tiempo vamos poniendo en riesgo algo más que nuestra integridad física.
Ahora ya casi nos da más miedo que estrellarnos la posibilidad de que algún funcionario de seguridad explore desde una pantalla nuestras partes pudendas gracias a los escánares corporales que van proliferando. Si en los tebeos de Asterix ante la afirmación de “toda la Galia ha sido ocupada” se respondía con un “¿toda? no, una pequeña aldea aún resiste” ha llegado el momento de que ante el avance de las tropas romanas podamos salvaguardar nuestro querido “menhir” de la curiosidad ajena. Y es que están locos estos “romanos” y por ello nada mejor que unos calzoncillos a prueba de scáneres. ¿Deseas saber más?
Nunca una hoja de parra había protegido tanto.
Pero claro, es que no es una hoja de parra cualquiera sino una que lleva incorporado polvo de tungsteno, un material que bloquea el escáner pero no incomoda al usuario precisamente porque va integrado con el tejido en forma de polvo. El fabricante especifica que la prenda no deja espacio para ocultar ningún elemento sospechoso, más allá de ese arma que como decían en “Algo pasa con Mary” no hay que sacar de casa cargado.
Posiblemente esa opacidad visual provoque que los funcionarios de seguridad procedan a un cacheo del viajero para comprobar que no hay peligro alguno en su entrepierna, así que ya queda al arbitrio del portador de estos calzoncillos dejárselos puestos si percibe que el el cacheo va a ser placentero o acudir un momento al WC a quitárselos si observa que junto al arco detector y el escáner corporal le espera un descendiente directo del Hombre de Cromagnon con manos como panes y cara de pocos amigos. ─Antonio Rentero [El Mundo]